DÍA 17 - (2ª Parte). De vuelta a la carretera: Linz y Salzburgo.




27 de Julio, Sábado por la tarde.


Son casi las 2 de la tarde y debo plantearme si llagar a Munich hoy mismo o posponerlo hasta mañana. Echo mis cálculos y concluyo que sí me daría tiempo de llegar antes de anochecer, pero aun no he comido y no creo que haya necesidad de apurarse despues de una mañana tan intensa. Prefiero comer con calma, asimilar todo lo visto, organizar mis notas y despues ya tomaría la decisión acorde.

Arranco a Afrikona y me dirijo a Linz, una ciudad de unos 200.000 habitantes  a sólo 25 km de Mauthausen. En realidad Linz parece mas un pueblo que una ciudad por la tranquilidad y la paz que desprende. Hay mucha gente paseando por su avenida principal, disfrutando de la ola de calor. Yo no disfruto mucho con el calor, mas bien estoy literalmente cocido dentro del traje. Había estado toda la mañana haciendo la visita en bermudas y camiseta, y al ponerme después la equipación ha sido como entrar en chock. Que horror de calor!

Aparco en un centro comercial céntrico y tras despelotarme y cambiarme de nuevo de ropa en pleno parking,  veo una peluquería cerca de la salida. Que fresquito estaría si me quitase algo de pelo de la cabeza...



Aaaaaahhhh... que gusto....


Celebré mi nueva imagen comiendo unas salchichas en la terraza de un jardín interior de una clásica cervecería austríaca, con música en directo y ambiente agradable.

















Que bien me sentaron...


Quedé nuevo tras el tratamiento de "belleza". El airecillo que me daba en la calva me refrescó el ánimo y la salchichazas me reconstruyeron el espíritu. Ya estaba en situación de tomar decisiones, así que encendí la tablet y examiné el recorrido. Elegí tirar hacia Munich haciendo una breve parada en Salzburgo, que todas las crónicas que leí apuntaban como un lugar que merecía la pena visitar.

Tomé un café capuccino en una preciosa cafetería del centro y di un paseo para cambiar las salchichas de sitio. Bonito lugar Linz.




















Esta es la cara que tenía al sacar el casco.
El paseo y el café  habían surtido efecto y se había disipado el efecto narcótico de las salchichas, regresé al centro comercial donde estaba aparcada Afrikona y aproveché para comprar algo de provisiones. Me cambié de ropa de nuevo y me dispuse a enfrentarme con ese sol aterrador que me esperaba fuera.

Apenas 140 km me separaban de Salzburgo pero tuve que parar a repostar y fui incapaz e volver a subir a Afrikona hasta que no me refresqué convenientemente. El corte de pelo mejoró mucho las condiciones dentro del casco pero el llevar el protector espinal me abrasaba la espalda. Sudaba como un auténtico cerdo, realmente era sofocante la sensación de calor.

Casi sin darme cuenta estuve parado al menos media hora en la estación de servicio. No sé si es que no quería volver a la moto o es que realmente tardé ese tiempo en recuperar fuerzas.

Sea como fuere, cabalgué de nuevo sobre Afrikona hasta llegar a Salzburgo. Era sábado y la pequeña ciudad austríaca estaba casi colapsada de visitantes. Antes de decidirme si poner pie en tierra o no me dí un paseo por el centro histórico y vi tanto ambiente y me pareció tan bonita la ciudad que pensé que con el calor que hacía prefería dormir en un camping y darme un paseo por aquí que andar dando vueltas por Munich de noche buscando alojamiento.

Encontré uno de los pocos campings con plaza de Salzburgo, de hecho creo que me dejaron montar la tienda por ser solo un e ir en moto, porque estaba totalmente abarrotado. Cientos de caravanas y tiendas de campaña impedían ver el cesped, realmente estaba a tope. Suerte.

Monté la tienda y me di una ducha que me sentó como... bueno, os lo podéis imaginar.

Dada la buena ubicación del camping, me animé a acercarme al centro histórico y sacar unas fotos. Podría cenar por allí y así mañana por la mañana estaría en Munich para aprovechar bien el día.

En apenas 10 minutos ya estaba en el centro. La verdad es que a estas alturas del viaje, el hacer un trayecto con Afrikona sin maletas ni equipaje se notaba una barbaridad, parecía que iba en mi escuter de 50 cc... iba como un tiro entre los coches!

Aparqué en pleno centro de la ciudad, junto al río Salzach, que divide Salzburgo en dos partes, la antigua y peatonal en el margen oeste y la mas moderna en el margen este. Miré la interminable hilera de coches esperando encontrar aparcamiento y no pude evitar esbozar una sonrisa maliciosa, esto es lo genial de viajar en moto, llegas, ves y te marchas.

Dediqué toda la tarde-noche a pasear por el precioso centro histórico de Salzburgo, que también podría ser llamada "Mozartland".

A pesar de la multitud que inundaba la ciudad, se podía pasear con cierta comodidad y disfrutar de la maravillosa arquitectura de Salzburgo.























































La tarde comenzaba a ceder terreno a la noche y el cielo parecía arder en multitud de colores. Menudo espectáculo de cielo sobre el río. Realmente precioso.






A otro lado del puente sobre el río Salzach hay un hotel con muy buena pinta que tiene una terraza en la azotea (Hotel Stein). Me parece un lugar privilegiado para tomarme mi gin tonic mientras veo la puesta de sol, así que me dispongo a entrar. No sé si los no alojados pueden acceder o no, el caso es que yo entro y nadie me impide llegar a la terraza. La verdad es que me da igual lo que me cobren por el gin tonic, la vista merece la pena.






Una vez se hizo completamente de noche di por finalizada la jornada. Regresé al camping y me preparé algo de cenar. Estaba bastante cansado, aunque más por el efecto devastador del calor que por los kilómetros recorridos. Cansado, pero felíz.

Otro gran día para el recuerdo.








RUTA DEL DÍA



Distancia: 172 km. --- Vel media: 69 km/h --- Vel max.: 135 km/h



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